EUROPA
PRESS
8 febrero
2017
Un estudio de más de 33.000 personas, publicado este lunes en la
revista 'BMC Public Health',
indica que las estrategias de salud pública que pretenden prevenir el aumento
de peso adulto en toda la población tienen el potencial de evitar el doble de
casos de diabetes tipo 2 que las estrategias dirigidas a los individuos en alto
riesgo de diabetes debido a la obesidad.
La
práctica clínica actual y los programas de salud pública generalmente se
dirigen a personas con alto riesgo de diabetes tipo 2, como las personas obesas
(con un índice de masa corporal -IMC superior a 30 kg/m2
y tienen glucosa en sangre superior a la normal. Aunque hay pruebas que demuestran
que estos programas son eficaces para las personas a los que están dirigidos,
su potencial para influir en la prevalencia de la diabetes en toda la población
es limitada.
Hay
menos evidencia sobre el impacto que tiene la pérdida moderada de peso o el mantenimiento
del peso en adultos en toda la población en la aparición de la diabetes tipo 2.
Por ello, este estudio buscó determinar el potencial a la hora de reducir la
aparición de diabetes de estrategias que se dirigen a cambiar la distribución
del peso corporal en toda la población.
Los
investigadores de la colaboración VIPCAM entre la Unidad de Epidemiología del
Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Universidad de Cambridge, en Reino
Unido, y el Departamento de Salud Pública y Medicina Clínica de la Universidad
de Ume, en Suecia, analizaron datos de 33.184
personas de entre 30 y 60 años que se sometieron a dos exámenes de salud en
diez años entre 1990 y 2013 como Parte del Programa de Intervención Västerbotten (VIP, por sus siglas en inglés). En su
análisis, controlaron posibles factores de confusión, como sexo, edad, año del
calendario, antecedentes familiares de diabetes, consumo de tabaco, educación y
estado civil.
Se evitan el doble de casos que con
estrategias dirigidas sólo a la población de riesgo
Durante
diez años de seguimiento, 1.087 participantes del estudio (el 3,3 por ciento)
desarrollaron diabetes; 17.876 (53,9 por ciento) ganaron más de 1 kg/m2 con respecto a su peso inicial (equivalente a 3
kilogramos para un adulto de estatura media en Suecia) y 12.020 (36,2 por
ciento) mantuvieron su peso (definido como cambio de menos de 1 kg/m2). En comparación con aquellos que mantuvieron su
peso, las personas que ganaron más de 1 kg/m2
tuvieron un 52 por ciento más de riesgo de diabetes.
Los
investigadores estimaron que si todos los que habían ganado peso hubieran
mantenido su peso, independientemente de su peso inicial (conocido como
mantenimiento del peso primario), se podría haber prevenido uno de cada cinco
casos de diabetes tipo 2 en la población. Por el contrario, calcularon que, si
todos los miembros de la población con alto riesgo de diabetes por el hecho de
tener un IMC de más de 30 kg/m2 se derivaban a un
programa de control de peso, sólo se evitarían uno de cada diez casos de diabetes
tipo 2.
La
primera autora del estudio, Adina Feldman, de la
Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica de la Universidad
de Cambridge, señala: "Hemos demostrado que una estrategia basada en la
población que promueve la prevención del aumento de peso en la edad adulta
tiene el potencial de prevenir más del doble de casos de diabetes que una
estrategia que sólo lleva a la pérdida de peso en personas obesas con alto
riesgo de diabetes. Entonces, cuando se trata de peso corporal y diabetes,
desde una perspectiva de salud pública sería recomendable considerar tanto
estrategias para la prevención de la diabetes en la población de alto riesgo y
la población general".
Los
investigadores advierten que las estimaciones de modelado deben interpretarse
cuidadosamente, ya que representan resultados bajo condiciones idealizadas,
pero consideran que son útiles para contrastar el potencial impacto de
diferentes estrategias de prevención de la diabetes.